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No todo en la Edad de las Fábricas era petróleo quemado. Hubo gente que captó las señales, que creó lugares como ese para servir de ejemplo de cómo podría ser el futuro. Pero solo eran islas en un mar tóxico. Las buenas intenciones de unos pocos individuos no habían bastado, nunca habrían sido suficiente para transformar todo el paradigma. Lo que el mundo necesitó al final fue un cambio radical. Habían evitado el desastre por los pelos, y todo gracias a un detonante que nadie había previsto

— A Psalm for the Wild-Built by Becky Chambers (Monk and Robot, #1)

Tras día y medio de pasear por la anarquía del bosque virgen, los pies de Dex pisaron el cuidado sendero con una profunda gratitud. Seguían ascendiendo, pero al menos ahora era mucho más sencillo. Comprendió, de un modo peligroso, por qué sus antepasades habían querido pavimentar todo el mundo.

— A Psalm for the Wild-Built by Becky Chambers (Monk and Robot, #1)

Es difícil para alguien nacide y criade en una infraestructura humana internalizar de verdad el hecho de que su visión del mundo está al revés. Aunque comprenda por completo que vive en un mundo natural que existía antes que elle y seguirá existiendo mucho después, aunque entienda que la naturaleza es el estado por defecto de las cosas y no algo que solo se da en sitios cuidadosamente escogidos entre pueblos, algo que aparece en espacios vacíos si los ignoras durante una temporada. Aunque pase toda la vida creyendo estar en contacto estrecho con el flujo de las cosas, el ciclo, el ecosistema tal y como es en realidad, esa persona aún tendrá problemas para imaginarse el mundo virgen. Le costará comprender que las construcciones humanas han sido moldeadas y superpuestas, que esos son los lugares intermedios y no al revés.

— A Psalm for the Wild-Built by Becky Chambers (Monk and Robot, #1)

Sacó el ordenador de bolsillo, lo primero que hacía cada mañana por costumbre, y fue levemente consciente de la esperanza que siempre le incitaba a hacerlo: quizá encontrase algo bueno ahí, algo emocionante o vigorizante, algo que reemplazase el cansancio.

— A Psalm for the Wild-Built by Becky Chambers (Monk and Robot, #1)

Era a primeira vez que Sam via uma batalha de homens contra homens, e não estava gostando muito do espetáculo. Ficou feliz por não conseguir ver o rosto morto. Perguntava-se qual seria o nome do homem e de onde teria vindo, e se realmente tinha o coração mau, ou que mentiras ou ameaças o teriam conduzido na longa marcha desde seu lar, e se realmente não teria preferido ficar lá em paz - tudo num lampejo de pensamento que logo foi afastado de sua mente. Pois, no mesmo momento em que Mablung ia em direção ao corpo caído, ouviu-se outro barulho. Grande gritaria. Em meio a ela Sam ouviu o ruído de rugidos ou trombetas. E depois um grande baque de batidas e golpes surdos, como enormes arietes estrondeando no chão.

— As Duas Torres by J. R. R. Tolkien (Senhor dos Anéis, #2) (Page 274)

Frodo teve a impressão de ouvir, claras mas distantes, vozes vindas do passado: É uma pena que Bilbo não tenha apunhalado aquela criatura vil quando teve a chance!

— Pena? Foi justamente Pena que ele teve. E misericórdia. Não atacar sem necessidade.

— Não sinto nenhuma pena de Gollum. Ele merece morrer. Merece!

— Suponho que sim. Muitos que vivem merecem morrer. E alguns que merecem viver morrem. Você pode dar-lhes vida? Então não seja tão ávido para condenar à morte em nome da justiça, temendo por sua própria segurança. Nem mesmo os sábios conseguem ver os dois lados.

— As Duas Torres by J. R. R. Tolkien (Senhor dos Anéis, #2) (Page 224)